Todos hemos dejado de cumplir un propósito. Ya sea que nos hayamos impuesto la meta de ahorrar, limpiar la casa o bajar de peso, nos hemos enfrentado a la triste realidad de repasar nuestros objetivos de año nuevo al finalizar los 365 días, y encontrarnos con una lista de cosas que se quedaron en el tintero, y en la buena intención.
En lo que al ejercicio se refiere, la mayoría de nosotros se maneja por temporadas. Enero y febrero
son meses en los que generalmente buscamos un gimnasio o clase para cumplir nuestra meta. Todo parece muy sencillo, y nos encontramos vibrantes de energía. Sin embargo, con la llegada de marzo y la Semana Santa, comienza un casi imperceptible camino cuesta abajo, en el que el tiempo y entusiasmo van mermando hasta caer en la rutina, o simplemente en el abandono.
¿Cuándo fue la última vez que dejaste de ir a una clase, o al gimnasio porque estaba haciendo mucho frío? ¿Porque te sentías cansad@? ¿Porque estabas enferm@? ¿Porque tenías trabajo? Todas estas son razones válidas, sí, pero también pueden ser signos de un sistema inconsciente de obstáculos que llamamos autosabotaje.
Pero, ¿por qué ocurre el autosabotaje?
Veamos desde la perspectiva de la motivación hacia la salud…
Todos sabemos que idealmente deberíamos mantenernos saludables, consumiendo una dieta balanceada, tomando agua, haciendo ejercicio y durmiendo bien. Sin embargo, no a todos nos apasiona cierto tipo de comida, aunque sea sana, y tampoco nos resulta práctico tomar toda el agua que deberíamos en lugar de una buena y relajante cerveza. Muchas veces no somos capaces de cumplir con objetivos que, en el fondo, no sentimos auténticos o propios, a pesar de que parezcan legítimos y bien intencionados. Si no nos convencen, no los alcanzaremos.
El punto central se encuentra en reconocer los objetivos reales que tenemos ante la vida. En primer lugar, una estrategia eficaz para crear propósitos que se cumplan es justamente dejar de utilizar fechas icónicas para iniciar los mismos. No esperes a que llegue el año nuevo, o tu cumpleaños, o la cuenta regresiva para tu boda o la boda de un amigo. La idea es que te hagas propósitos continuos, estables, que comiencen AHORA y que sean verdaderamente alcanzables.
Para saber si tus objetivos son reales, y no adoptados por convención social, puedes iniciar por preguntarte, por ejemplo: ¿por qué quiero bajar de peso?, y tal vez te respondas: “para estar saludable”, a lo cual puedes preguntar de nuevo ¿por qué quiero estar saludable?… hazte esta pregunta cuantas veces sea necesario, hasta que llegues a la razón verdadera por la que quieres llevar a cabo ese propósito. Si esa razón te convence, entonces conviértela en tu motivación total, y recuérdala cada vez que sientas que tu ánimo flaquea.
Otra razón por la que fallamos es porque nos imponemos metas demasiado exigentes. Hay
quienes quieren bajar cincuenta kilos en seis meses, y aunque no es imposible, para la mayoría se trata de una meta excesiva y ambiciosa que queda totalmente fuera de alcance. Una estrategia más realista es plantearnos metas pequeñas y fáciles de obtener en el corto plazo, y establecer un sistema de “recompensas” al lograr cada pequeño objetivo. De este modo, fortalecemos nuestro sentido del logro, y nos vamos haciendo más capaces y astutos para generar metas, pero sobre todo, para cumplirlas.
Una tercera razón que nos impide lograr nuestros objetivos es que no sabemos por dónde empezar o a dónde ir. En el caso del ejercicio y la salud, hay miles de ofertas en el mercado. Sin embargo, no por estar de moda Crossfit, Pole Dance o Zumba, alguna de ellas será la opción correcta para ti. Date tiempo de conocer todas las opciones que tienes a tu alcance, pruébalas, y sé paciente contigo. Te garantizamos que llegarás a la alternativa que te hará feliz y con ella te sentirás más motivado que nunca para lograr tu meta. Recuerda siempre cosas sencillas como: cuánto esfuerzo estás dispuesto a hacer, y cuánto puede hacer tu cuerpo, si te agradan más las actividades en grupo o en solitario, si prefieres el cardio, la danza, el trabajo con pesas o el trabajo en una pista. No todos estamos hechos para el gimnasio, ni para el atletismo. Pero no te preocupes… opciones sobran.
Estas son solamente algunas cosas que puedes hacer para retomar el buen camino cuando sientas que no vas a llegar a tu objetivo. La clave es conocerte a fondo, y saber cuáles son tus gustos y motivaciones. Encontrar un plan efectivo no es difícil. Además, si necesitas ayuda, recuerda que siempre puedes contar con expertos para orientarte.
Finalmente, recuerda que el camino para lograr tus objetivos no consiste solamente en un cambio de planes, sino en un cambio de vida. En Ah-Kin estamos preparados para ayudarte a encontrar la motivación necesaria para adquirir la disciplina y la pasión por aquello que te interesa. Déjanos ayudarte a cambiar una pequeña parte de tu vida, y verás que otras partes comenzarán también a cambiar para bien.
Se trata de pesas cuyo aspecto semeja una baja de cañón con asa, y se emplean para hacer un ejercicio muy completo, ya que implica tanto el entrenamiento aeróbico como el desarrollo muscular y de flexibilidad. Su uso requiere un espacio relativamente pequeño (unos dos metros cuadrados por persona), y se pueden utilizar sencillas o en pares, de forma individual o en grupo, con o sin música, solas o en combinación con otros ejercicios de fuerza, flexibilidad o resistencia.
Protege las articulaciones: es un ejercicio de mínimo impacto articular, por eso también es muy recomendado para rehabilitación, y para quienes no pueden hacer ejercicio de alto impacto.
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